2021, ¡qué bonito conocerte!

Hola amigos y bienvenidos un mes más y, ahora ya, un año más.

El día de hoy siempre es especial, pero esta vez se podría decir que es doblemente especial. El 2020 ha sido un año muy diferente a todos los anteriores y, los que pronosticábamos que sería intenso, nunca hubiéramos imaginado que lo sería tanto. 

De un día para otro, una gran pandemia lo paralizó todo sin previo aviso. Todos nuestros planes se vinieron abajo, aplazándose a fechas lejanas y casi impredecibles. Cancelados quedaron los viajes, los cumpleaños, las comidas en familia, las pachangas de fútbol, las tardes de cine, las rutas de senderismo, las sesiones de fotos, los días de compras o las noches de fiesta.

No fueron menos las clases de historia a primera hora, las salidas masivas de los niños de los colegios, las prácticas de los estudiantes, los primeros días de muchos en el gimnasio, las prácticas del carnet de conducir o las oposiciones. 

Y, por supuesto, tampoco fueron menos otros momentos que parecíamos odiar y que luego resultó que hasta echábamos de menos. Las colas de Zara, las pistas de las discotecas a rebosar, las subidas en ascensor con el vecino del quinto, los encuentros (siempre en los peores momentos) con profesores por la calle, los besos de las amigas de la abuela, los atascos, los aforos completos de los conciertos, las clases de los lunes por la tarde o los vuelos retrasados varias horas. 

Durante más de 2 meses vimos pasar la vida a través de cristales, los de las ventanas de casa y los de los móviles, convertidos ya en una prolongación más de nuestro cuerpo. Se nos olvidaron todos esos intentos de dejar a un lado las redes sociales porque, en todo ese tiempo, eran casi lo único que nos hacía sentir que no estábamos solos.

Lo superfluo dejó de importar, abriendo camino a las pequeñas cosas, que se volvieron gigantes. Tirar la basura, sacar al perro a pasear o bajar a hacer la compra eran momentos mucho más emocionantes que cualquiera de las series de Netflix que ocupaban el resto de horas del día. Todo parecía haberse parado, bueno, miento. Todo parecía haberse parado menos los contagios, que cada día batían records. 

Fueron meses difíciles, estos y todos los que les siguieron. Y es que cuando ya podíamos pisar la calle y pensábamos que el único castigo era tener que llevar la mascarilla llegaron los rebrotes y los límites interminables. Que si reuniones de 5 personas, que si bares al 50%, que si clases a metro y medio, que si entrenamientos suspendidos. Bueno, y conciertos, y campamentos, y excursiones, y bodas, y viajes a X ciudades, y una larga lista de “y” fueron suspendidos. 

Eso sí, aquí nunca dejamos de creer. 2020 fue un año lleno de imprevistos, pero también de soluciones. Descubrimos nuevas formas de hacer todo eso que antes nos hacía felices, de forma que llegó a hacernos aún más felices. Me gusta pensar incluso, que nos conocimos más, que nos quisimos más de lo que lo hacíamos. Por eso, a pesar de que no elegiría volver a vivir otro año así, tampoco querría olvidarlo. Y, también por eso, este mes quería dejar esto escrito, para recordarlo siempre.

Me gustaría empezar el 2021 quedándome con lo mejor. Porque no, después todo no quiero volver a empezar diciendo “este va a ser un año increíble”. El Covid todavía no se ha marchado y esta no es una despedida, pero después de 12 meses de infarto estoy segura de que, de lo que venga, sabré volver a quedarme con lo mejor. Y es que la vida es eso, seguir jugando aunque llueva a mares. 

2021, ¡qué bueno conocerte!…

Y a vosotros… feliz año, felices fiestas y hasta el mes que viene. 

Prometo viajes (buenos viajes). 

9 comentarios en “2021, ¡qué bonito conocerte!

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