Ámsterdam (I)

¡Hola amigos!

¿Otro mes más por aquí? mira que sois plastas eh… JAJAJA. Bienvenidos, encantada de teneros un mes más, ya lo sabéis. Hoy estoy un poco resacosa, y no de alcohol ni nada así, estoy de resaca de felicidad pues hace unos días llegué a casa de hacer el Camino de Santiago (los que me sigáis en el Instagram del blog lo sabréis ya) y ha sido con creces una de las mejores experiencias de mi vida (en unos mesecillos os lo contaré todo). Spoilers a parte, que siempre se me cuela alguno por ahí, espero que estéis preparados para recorrer el centro de Ámsterdam conmigo. Esta, es una ciudad en la que todo aquello que es necesario e interesante ver se encuentra en la misma zona, por lo que no debéis preocuparos por el transporte ni las distancias, yo hice el viaje íntegramente a pie. Aunque todo depende mucho de dónde tengáis el hotel.

¿Listos?… hoy daremos (el ya mítico) paseo en barco; visitaremos la Plaza Dam, el Palacio Real y las oude y nieuwe kerk; disfrutaremos del museo cera; y comeremos alguna que otra gochada.

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¡EMPEZAMOS!

Salimos del hotel, situado a unos kilómetros del centro de la ciudad. Kilómetros que parecen centímetros cuando lo único que divisas allá por donde miras son cosas cada una más bonita que la anterior. El google maps (más que fiel compañero de viaje) ya ha hablado, estamos en la Plaza Dam…

Este, es un lugar impresionante. Su forma más o menos circular te permite disfrutar de todos y cada uno de los edificios que la componen desde cualquier punto de la plaza. En el medio un obelisco de 22m que homenajea a los soldados caídos en la Segunda Guerra Mundial. Por si lo estabais dudando… sí, la plaza también está plagada de bicis y obviamente de gente. Un sitio estupendo para sentarse a contemplar la diversidad de la que puede presumir la ciudad y para sacar alguna foto o simplemente para observar la armonía que crean las fachadas, todas diferentes pero perfectamente combinadas.

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Puntuación: 4 de 5.

Coronando la plaza, el Palacio Real. Salta a la vista su grandiosidad y que es un claro ejemplo del estilo arquitectónico al que pertenece, clasicismo. Fue inaugurado en 1655 y desde hace unos años, tras ser restaurado, abre sus puertas al público. Yo no lo hice, pero podéis verlo por dentro contratando unos tours organizados. Es el claro ejemplo de edificio que podría pasarme horas y horas mirando y que no me cansaría de hacerlo. Evidentemente, aunque sea por fuera, visita obligatoria.

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Puntuación: 3 de 5.

A su lado la nieuwe kerk, parada necesaria también. Esta iglesia, protestante, fue construida cuando la vieja se quedó pequeña para la cantidad de creyentes que había. Ha pasado varias reconstrucciones, una de ellas después de haberse quemado en un incendio de la ciudad, y la verdad es que es sumamente bonita. Entrando descubrirás que gratis no puedes ver casi nada, así que si quieres disfrutar del interior al completo tendrás que pagar tu entrada (9€). Yo, que la vi, os puedo asegurar que merece la pena. Cuando entré había visto pocas veces iglesias protestantes y me llamó mucho la atención la cantidad de diferencias que había respecto a una católica, mucho menos ornamentada y sin altar que siempre es lo que más llama la atención.

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Puntuación: 4 de 5.

Nos movemos un poco, que aquí hay para todos los gustos… la oude kerk también es protestante, aunque más antigua que la nieuwe, por lo que si la anterior no os convencía también tenéis esta. A mi me gustó incluso más. Aquí la entrada es de (10€) y es obligatorio el pago con tarjeta. Al entrar te dan, o al menos a mi, un mapa y unos folletos que te explican la historia de la iglesia y para qué se usa cada zona en ella. Este es uno de los lugares que más disfruté viendo ya que no había absolutamente nadie y tuve toda la iglesia para mi sola y que tiene tantos rincones y todos tan especiales que jugar a los detectives es casi obligatorio. Además a la salida me regalaron un póster, que decidí colgar en mi habitación de lo mucho que me había gustado la visita. ¡Más que recomendado!.

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Puntuación: 4 de 5.

Dejamos las emociones a parte para pasar un rato muy divertido y muy mítico también, el museo de cera. Ya sé que soy muy petarda con este tipo de museos pero es que me encantan, te permiten conocer la historia y los personajes célebres de cada ciudad de una forma diferente y entretenida. Este, en especial, me gustó mucho. Esta situado en la Plaza Dam y es un edificio precioso. Además una de sus ventanas da a la plaza y te permite sacar una foto totalmente impagable, por aquí abajo os la dejo y la acompaño de alguna que otra más. No es una parada obligatoria pero si os gustan este tipo de museos y tenéis un hueco en vuestra agenda sí que os lo recomiendo.

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Puntuación: 4 de 5.

Tan solo nos queda una paradita, el paseo en barco. Por ello, ¿qué mejor que parar a comer alguna guarrada antes?…

Ya os aviso que a mi hay pocas cosas que me gusten. Pero Ámsterdam me enamoró, en cuanto a la comida, con dos simples pasos: ¡gofres y stroopwafel!. Los gofres supongo que todos sabéis lo que son y los stroopwafel son unas galletas de barquillo con caramelo dentro (bueno, yo para los sabores soy un cerolo, así que si digo caramelo puede ser cualquier cosa del mundo ¡aviso!). El caso es que espero que no os vayáis de la ciudad sin probar las dos cosas porque son una auténtica maravilla. Las fotos son para que se os caiga un rato la baba y me cojáis un pelín de asco por ello, bueno y para que cuando vayáis no perdáis la oportunidad de probarlos (ya sabéis que yo siempre pienso en vosotros).

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Ahora sí, última parada, paseo en barco. Aunque el plan era que fuera nocturno, tardó en oscurecer y lo hicimos con bastante claridad. 1 hora de explicación y de mucha emoción. Pasear por los canales de Ámsterdam no tiene precio. Ya sabéis que lo he hecho en cada ciudad que he visitado pero en esta ocasión fue la vez que más me gustó y la que más especial me pareció. Estos canales y el inglés tan dulce del guía hicieron que la travesía fuera todo un momentazo, no os lo perdáis en serio. Además, en mi caso, el chico que nos iba explicando era muy gracioso y hablaba un inglés facilillo de entender. Es el mejor plan para acabar un día tan bonito en esta gran ciudad ¿no os parece?…

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Y hasta aquí, ya sé que os habéis quedado tan pillados que seguiríais caminando y hablando y rato más pero… ¡nos vemos el mes que viene!. Gracias una vez más, disfrutad este último mesecillo de verano muy intensamente y os espero en unas semanitas con más lugares para el recuerdo.

¡Un abrazo gigantesco!

LUGARHORARIOPRECIO
Plaza DamSiempre abiertaGratuito
Palacio RealDe 12 a 17 (desde las 11 en verano)Menores de 18 gratuito

Adultos 10€

Visita guiada entre 85-115€

Oude KerkLunes a sábado de 10 a 18

Domingo de 13 a 17:30

Adultos 10€

Carnet joven, estudiantes, mayores de 65 años 5€

Cerrado 25 de diciembre, 1 de enero y 30 de abril

Nieuwe KerkDe 11 a 17Adultos 9€

Menores de 11 años gratuito

Museo de ceraGeneralmente de 10 a 17:30Adultos 22€

Niños entre 5 y 15 años 17€

Menores de 4 años gratuito

Paseo en barcoDependiendo la empresaDependiendo la empresa

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10 comentarios en “Ámsterdam (I)

  1. Cada post me gusta mas y en especial este, Ámsterdam con tilde tiene mucha historia como a ti te gusta y tengo muchas ganas de aprender mas, no puedo esperar mas para el siguiente post..sencillamente increible… ♥️♥️

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