Hola amigos!!

Bienvenidos un día más a mi blog. Antes de nada feliz año a todos, espero que hayáis despedido el 2017 y recibido el 2018 con mucha ilusión, mucha alegría y como no mucha fiesta. También espero que estéis disfrutando estas fiestas navideñas rodeados de vuestra gente y, hablando de celebrar, espero de verdad que os haya gustado mucho la celebración del mes pasado. Ha sido increíble el apoyo recibido en el anterior post y, una vez más, GRACIAS.

Hoy os traigo un nuevo destino, así, para empezar con fuerza este nuevo año. Vámonos juntos a… Venecia!!

Venecia es esa ciudad mágica de la que oías hablar de pequeño con la boca bien abierta. Una ciudad de agua, en la que no hay coches ni buses sino barcos. Esa ciudad que para creer su existencia, necesitas verla… y la vi, y la veremos porque después de hacerlo jamás la olvidaremos (acción poética by Pauli especial 2K18 jjj). Venecia es mágica y hoy me propongo enseñaros un poquito de esa magia… EMPEZAMOS!

Como punto de partida vamos a tomar el corazón de Venecia, la plaza de San Marcos, y desde ella nos vamos a mover un poquito para ver la Basílica, el palacio Ducal, el Campanario, el puente de los suspiros y San Giorgio Maggiore.

Venecia no es una ciudad demasiado grande por lo que puedes recorrértela a pie sin ningún problema y, haciéndolo descubrirás que, como “todos los caminos llevan a Roma”, también “todos los caminos llevan a la plaza de San Marcos”. Por este motivo empiezo a hablaros de ella, porque si la ubicas podrás manejarte mucho más fácilmente.

La plaza de San Marcos es, como ya dije, el corazón de la ciudad y el lugar que reúne en su interior tres de los elementos más importantes: la Basílica, el Palacio Ducal y el Campanario. A parte de palomas (pues Venecia está plagada de ellas), grandiosidad y turistas esta plaza posee música. Y cuando resalto esto es porque es increíble ver como las orquestas de los bares de la plaza se coordinan para tocar su música. El ambiente que se respira es absolutamente maravilloso y mires a donde mires verás gente y vida por todas partes. Además es el punto más bajo de la ciudad por lo que cuando hay “acqua alta” es el primer lugar en inundarse.

El Campanario, que se encuentra dentro de la plaza y forma parte de la Basílica es un elemento que se puede ver desde muchos lugares de la ciudad gracias a sus casi 100 metros de altura. Es uno de los puntos más importantes de la plaza y un sitio que te ofrece la posibilidad de ver desde arriba la Basílica y sacar una fotos increíbles de ella.

Hablando de la Basílica… este es mi lugar favorito de la ciudad y una de las construcciones más bonitas, por no decir la más bonita, que he visto en mi vida. Abajo os dejaré unas fotos de ella pero ya os aviso que no le hacen honor ninguno, es absolutamente preciosa. Mires por donde mires hay detalles en los que fijarse: las columnas, los relieves, el color dorado que llama tu atención al instante, los grabados… os aconsejo que miréis las fotos con atención y os fijéis en todo esto que os he dicho. Tras una pequeña cola entramos para ver su interior y… sin palabras! No sabría decir que es más flipante si la fachada o el interior. Por no hablar de la terraza, subiendo unas escaleras llegarás a ella desde la que podrás contemplar de nuevo la plaza y desde donde quedarte aún más sin palabras al saber que tienes, bajo tus pies, un lugar tan especial. Os recomiendo visitarla muy encarecidamente ya que es parada indiscutible si te pasas por aquí. Por cierto si os fijáis en la tercera foto de abajo llevo un pañuelo naranja en las piernas… esto se debe a que no se puede entar en la basílica ni en pantalón corto ni en camiseta de tirantes.

Y de un lugar especial a otro… el Palacio Ducal. Este palacio a parte de ser muy bonito, para variar, fue utilizado como castillo y posteriormente como fortaleza y prisión. Y prisión es una de las palabras que más definen este lugar ya que su fama es en gran parte por esto. Además el camino hacia los calabozos se hacia por un puente, el de los suspiros. Este puente tan conocido y tan tan bonito también era el lugar por el que los presos suspiraban pasando sabiendo que esa era la última vez que iban a ver el mar y el cielo. Por aquí os dejo unas fotos del puente y otra desde el puente. Por lo demás es genial recorrer todas y cada una de las salas del palacio y ver su patio de construcción renacentista que contrasta con el gótico de su fachada. Esta también es parada obligatoria y de entrada indiscutible también (con cola incluida jeje).

Y por último por hoy (que el mes que viene os espera más) vamos a ir a San Giorgio Maggiore. Esta es otra Basílica que, por si fuera poco, se encuentra justo en frente de la plaza de San Marcos. Desde aquí, a parte de poder disfrutar del interior de esta basílica, también puedes ver de otra forma San Marcos. Y cuando hablo de otra forma en realidad son dos formas ya que el campanario de San Giorgio Maggiore te proporciona unas vistas aéreas de la plaza muy muy buenas; y a sus pies tienes unas vistas muy diferentes y mágicas también de la misma plaza. No es parada indiscutible pero si muy recomendada. Así que si tenéis un huequecito no os lo perdáis y mucho menos os perdáis subir al campanario. Para que os hagáis una idea os dejo fotillos por aquí abajo.

Y hasta aquí chicos. Espero que un poquito de su magia ya habite en vosotros y que la que queda por hacerlo lo haga en los post que nos quedan por delante. Un beso enorme y disfrutad de lo que queda de navidad que los reyes aún vienen de camino!